sábado, 22 de agosto de 2009

El labor de proliferar

Las ideas no surgen cuando de sentado te quieres comer las letras… Más el labor correcto sería transferirlas de un punto a otro, digamos de una montaña a una frase. Las palabras, tal como las palomas, son perfectos signos del buen día, augurio de una vida, de una lucecita en tu lámpara descompuesta.

A veces, nos tropezamos con una perfecta y articulada frase que de entre sueños nació. Más al quedarse en los vientos, dispersa como hojas de árbol viejo, me parece aún más reales, más sinceras que cuando te sentás a escribir. Aunque se olviden unas y otras
(palabras).

Más el preferir proferir proliferar es un gusto que todos nos podemos dar de vez en cuando, a la hora de leer o de maldecir, cada juego absurdo cuenta, y entre más absurdo más cuerda cuenta.
Más el papel, nunca necesario tampoco está de más, es como cepillarse los dientes después de haber repasado tantas alitas revoloteras en tu cabeza de poeta, de niño pesimista, de aquel del otro mundo.

Ah, más hablar del otro mundo es perecer en el intento de explicarlo. Uno se puede poner a pensar, sacar unas buenas letras, fumar, tomar café y salir a la lluvia. Sin embargo, sabés que no se acerca ni a la proximidad más pequeña de la verdadera cabalidad de lo que hablamos.

¿Qué era?.

martes, 21 de julio de 2009

Ejemplo de creer con paso de elefante



La lámpara está rota, y se ve mejor así. Todos encontramos motivos para charlar, y a la vez, para guardarnos nuestros secretos… Después el baile. Volvemos a mirar la lámpara rota. Las tribulaciones en la sala ahora son más divertidas. El documento de la noche, con sus líneas de estrella, habla claro de las vibraciones de una sonrisa, con las palabras más ricas a tu boca.

A tu boca, a la boca de todos los que hablan, y a la vez a ninguna, sólo a la tuya y la mía en la cocina, por donde se asoma el día, por dónde se acaba el beso.

Un liviano desayuno antes de partir, la brisa de la mañana me agrada, me sonríe sin problemas. El sueño es ligero, la experiencia es nueva, y la llevo arriba de los hombros, todavía calientita.

Que agradable parece el cielo y las personas. El pueblo de día es mágicamente lúcido, me fijo más en los detalles, estoy despierto, más claro que el primer rayo de sol, asomándose para arrugar mi frente, mientras te sonrío sin darme cuenta.

La mañana es única, sabe a buen desayuno con mis padres, aunque estos me dirijan la mirada refunfuñante. Mi humor está como nunca. Qué bien me hacen estas desveladas pasajeras… Que ni tan pasajeras son.

El sueño de los últimos días ha sido motivador, inspirador. Me encanta dormir desde entonces, y hasta entonces. Con esta nueva profesión tenía arreglada la vida, ya no necesitaba más, sólo respirar, comer de vez en cuando, y apreciar el valor de la prudencia.

Como buen ritmo te miraba entonces, ritmo de esos, de aquellos. Los que de adentro hacia fuera van. Y bailan como un corazón descalzo. Como esos ritmos te miraba, ¿lo notabas? Era la esperanza.

Después de esto, el golpe duro… Vos sabés que no hablo de las caídas en la calle. Hablo de… Bueno.




Vos tenías un amor y yo lo sabía.

Aún así pienso que puedes salvar la vida. Por lo menos en este sueño. Donde encontramos el barco al final de la calle ¿lo recuerdas? Aún seguimos en su búsqueda. Creo en tu paso fuerte.


Como un pequeño manifiesto del elefante. Quien quiere con paso firme.



Dedicado a todas las esperanzas de cada mundo.

domingo, 21 de junio de 2009





Por Bouba.








De pasos cortos,
se lleno tu camino,
marcha larga que no seguiste conmigo
tiempos largos,
momentos cortos
y los recuerdos aun intactos
como vaciar
el jarron
que se lleno
de despedidas?
dicen que es padre lo eterno,
bueno seria tenerlo,
porque padre no es con la vida
padre es con serlo ...



AMiPadre.Bouba
....
...
...
....
....

miércoles, 10 de junio de 2009

Me lo aviento improvisado

Este me lo aviento improvisado y sin ver, me lo aviento con las luces apagadas y escuchando unas guitarras.

Me lo aviento después… soñando la lluvia.

Y escuchó a Janis y sus gritos. A la pestaña de la casa no la entiendo. Prefiero no distraerme entre palomas y malos talentos, mejor sueño con la lluvia y los buenos viajes, y con la seca de mi boca que reclama tragos del pianito de la chola socialista. Dándome la buena vibra del calor amarillo.

Entre el abandono y el babylon todo suena peor pero es más rico. No espero darles huevos de nada, no quiero engañarlos, no espero vender consonantes, ni ruidos bonitos, solo grasnidos del granizo de afuera.

Y no apetezco del te quiero sino del amoraré soñando tu cintura, amortajado de pulmones y cordura. Prefiero la amorirán mis manos ciegas.

Te lo mereces en todas tus vidas, moraleja del cuento que toca en tu pecho. Ya las guitarras suenan de nuevo en las cucarachas. Quién me entenderá si no los teclados de este sueño.

No amordaces mi boca a tus silencios, ni los muerdas des deño de otro cielo. Muestreo y pestañeo se canden, tocando la puerta en mi ferro, y el bosanova se asoma como desde una luna en Brasil, y no sé donde pararé saxo.

Voz de vivir toda una vida, apareces como la nostalgia de la gris. Cada noche se te quita lo tímido con acento negro. Quizá hoy unas gotas te vencieron. Los espacios de nada gris no tuvieron nada que ver en mis canales, mil canales, caneloides, binoides canabinoides. Nada, dentro de nada. Dentro de mucho para siempre. Te quiero noche, y todo el que lea sin tiempo. Nunca la lluvia me llamó tanto.

jueves, 21 de mayo de 2009

Lluvia puta de ventanas abiertas.

Lluvia coqueta, no me destapes lúcidamente, lléname de sábanas las ganas, haz que mi perro me moleste para lucidar después, no quiero más de ésta psicosis de medianoche.

Mediloqueando en la casa de los vagos cae de sorpresa, sólo cigarros de pereza que si bien nos va nos mantiene elevados, encontramos. Buscamos, como tontos piratas el sentido vital al fondo de la botella. Nada altera nuestra altamar.

Y cuando la mamá pulpa de algún marino cae, nuestras sombras se populan para funcionar mejor. Nos volvemos enteros para disfrutar de la mala jugada del tiempo, que con bromas nos maldice y nos biencura.

Estando calleteando en bicicleta, escuchamos los sonruidos de las fábricas. Vegetatiamos entre árboles picazones, que evitamos rosar para encontrar paz. Hasta los árboles se esconden de nuestras llantas.

A veces uno se harta de escribir correctamente las cosas y opta por psicotizarse. Psicotizarse antes de un viaje, o cuando la dulce “E” sin fondo te cubre de vozerron con su carnaval de medianoche. A esas alturas uno se enternece de sus sentimientos.

Todo esto para rendir honor a la dama de todos los mares, la que ha visto las estrellas y las ha sabido interpretar con palabras no melosas en algún café de la ciudad. La que nos mostró el divertido mundo de la temática de las notas musicales del aparato cuadrado.

viernes, 15 de mayo de 2009

De amor perdido

Hoy la lluvia me trajo los restos de un amor perdido, de pérdida y algo más, con todos los matices de la palabra y la sensación, tan duro como un golpe de huracán, de tormenta y tornado. Hoy me desperté y miré a la ventana, estabas más presente que yo mismo, en mi cama. El buen trato del viento, que llegaba desde tu rostro, me dejó tumbado, pensando no sé si en tu bien o en tu mal, pero claro de saber que ni tu bien, ni tu mal, son la misma cosa.


Hoy la lluvia trajo consigo los trapos sucios, descifrables sólo en nostalgia y ausencia. Estas dos se llevan bien dentro de mí, como si fuera el lugar favorito para vacacionar. Acercándome a la certeza (mi certeza), la lluvia arrastró más que trapos sucios y rostros frescos. Arrastró algo de mí que había olvidado, algo que dejé en ti, y que a decir verdad ya no reclamo mío.


Hoy, en definitiva, la lluvia arruinó mi día, me presionó para decirte adiós y no diré si lo hice. Sólo diré que hoy, la lluvia arruinó mi día, y que yo, por fin me levanté, enojado por no disfrutar el viento fresco, lleno de necedad, sólo por el cangrejo testarudo que soy en esto. Me dieron ganas de decir buenas noches, pero en vez de eso, di el buenos días.


Todo esto al despertar, pensé como paloma esquizofrénica, y volví a pensar “qué bueno que soy esquizofrénico” Nada de mi cabeza es real (qué felicidad). Ah… Pero cuando la ventana susurra de amor perdido, uno sabe que ni en la esquizofrenia, se puede esconder.

martes, 12 de mayo de 2009

Ni con la pluma

Estoy pensando en que no tengo lápiz, tengo pluma. “El lápiz me mantiene controlado”, la pluma no. Motivo suficiente para gritar, piensa el esquizofrénico. Preferiría ser paloma de nuevo, porque saben? Es lo más simple (si lo simple es complicado) y me gustaría estar en la pared de la casa de la primera lluvia, sin perder el dedo ésta vez.



Cuando no soy palomo no me gusta lo que veo. Veo caballos castigados a cargar lo colgado del pensamiento cavernícola de los bigotones. Así son los días para ellos: Una hora descansan una pierna mientras las otras tres lo mantienen vivo (Eso cuando no está usando las cuatro, sorteando la ciudad) Esto vivirlo quizá unas veinte horas al día es igual a vivir en un desierto sin atmosfera.

Por eso no me gusta traer la pluma, con el lápiz me controlo, con el lápiz ni siquiera hubiera pensado en ser paloma, ni en el castigo de los caballos, ni en el desierto sin atmósfera, ni en la vida con amor/facial… Ah, en eso ni con la pluma.